La virtud de esta hermosa flor azul llamada Chicory y que crece en los campos de trigo, es el de ayudar a conectar con la fuente del amor divino; el maternal que crece en nosotros. Reconocer a nivel físico y emocional la fuerza universal que abre la mente y el corazón para impulsarnos a dar ese paso, esa vuelta hacia nosotros, hacia nuestro fuero interno y así hacer germinar la fuente interior del alma que iluminara y expenderá la visión del amor interior, el que nunca se termina y con el cual se aprende a regular la actitud maternal, a fin de que las cosas sigan su rumbo con la independencia y autonomía que necesitan los nuestros. En las personalidades Chicory se distingue la existencia de una gran fuerza de una potencia interior y auténtica capacidad de amar. Cuidan a los demás desinteresadamente, porque tienen un potencial de amor maternal que está latente en todo ser humano ya sea mujer u hombre y el que ofrecen incesantemente y no se les agota, porque brota de la fuente interior
El Dr. Edward Bach, descubrió virtudes y cualidades en las flores y manantiales de la Naturaleza, por ello creó 38 remedios para los diferentes estados emocionales, en un sistema completo y eficaz que ayuda a restaurar el equilibrio en completa inocuidad, accesible a todos aquellos que, aunque, sin conocimientos de medicina lo puedan emplear para sí mismos, la familia y en su entorno.